Entre agua y campo, las islas flotantes que nutren a la CDMX
Viajar en lancha o trajinera en los canales de Xochimilco, hace que te transportes a los inicios de la Ciudad de México, fundada en un lago. En sus inicios la ciudad se asemejaba a Ámsterdam o Venecia. Sobre este lago, los Xochimilcas crearon las #chinampas
Las #chinampas son islas flotantes, construidas para terrenos de cultivos de producción y fue la base de la alimentación de nuestros antepasados. Es un sistema de cultivo muy eficiente porque el suelo siempre se mantiene hidratado, ya que no depende del riego artificial o del agua de lluvia.
En 1987 las chinampas fueron declaradas por la @UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, por lo que #Xochimilco es un área protegida.
En los últimos años muchos de los agricultores han abandonado la producción de alimentos para dedicarse principalmente al turismo, es por eso que aproximadamente el 80% de las chinampas están abandonadas.
Xochimilco representa aproximadamente el 11% de la biodiversidad de México.
Conocimos a @Julio Amezcua de @elbuencampo, proyecto que lleva desarrollando durante varios años en las chinampas de Xochimilco, el cual incluye un servicio en el que envía a domicilio, canastas de productos agroecológicos que incluyen fruta, verdura y proteína animal, las cuales rondan entre los $250 a los $900 pesos mexicanos.
Sus productos han sido reconocidos por la UNAM con la #etiquetachinampera
Aquí te puedes suscribir para pedir tu canasta https://www.elbuencampo.com/pages/suscripcion
La etiqueta chinampera avala que sus hortalizas son producidas con métodos amigables con el ambiente y permiten la preservación del axolotl, especie endémica del lugar.
El buen campo también cuenta con experiencias para conocer Xochimilco con otra mirada, más allá de la fiesta, el mariachi y la trajinera.
La experiencia de ir a sembrar en familia, poner las manos en la tierra y entender el verdadero valor de lo que hay detrás del plato que ponemos en nuestra mesa, es una oportunidad única para inspirarnos y generar mayor conciencia en nuestros hábitos y nuestra relación con lo que consumimos.
Al llegar a la Chinampa uno se siente rodeado de naturaleza, en un ambiente de tranquilidad y silencio, es casi imposible pensar que estamos en plena Ciudad de México. Una atmósfera que invita a la reflexión y al contacto con la naturaleza.
A partir de una experiencia divertida, niños y adultos, experimentan el trabajo, el tiempo y la dedicación necesaria que se requiere para tener un plato con comida en nuestra mesa. Todos salimos con una sonrisa en la cara y con una bolsa de manta llena de hortalizas y alimentos que nosotros mismos pudimos cosechar .
Gracias Julio por este proyecto que nos permite apreciar de forma diferente la riqueza de nuestra cultura y de nuestra alimentación.
¿Cuánto más podríamos transformar nuestro sistema alimentario, si fortaleciéramos en las nuevas generaciones el respeto y la capacidad de valorar el proceso de la producción de nuestros alimentos?